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El café es algo más que una simple bebida, es un compañero en las mañanas, protagonista de sobremesas y un acompañante en las noches de estudio o trabajo. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo fue descubierto el café? Te invitamos a conocer su fascinante historia, llena de leyendas y viajes por el mundo, que se remonta al siglo IX en África.

En las montañas de Etiopía, específicamente en la provincia de Kaffa, fue donde comenzó la aventura, aunque no se sabe el momento exacto, ya que no existen documentos sobre cómo y cuándo el ser humano empezó a consumir granos de café. Sin embargo, una popular leyenda involucra al pastor Kaldi y su rebaño de cabras, que tras comer ciertas bayas rojas y brillantes, adquirieron un inusitado nivel de energía. ¿Quién iba a pensar que un pastor etíope y sus cabras marcarían el inicio de una de las bebidas más consumidas en el mundo?

La historia siguió su curso, y para el siglo XV, ya se cultivaba en Yemen y se comerciaba entre Sudán y Arabia a través del puerto yemení de Moca. Fue así como los árabes se convirtieron en los protagonistas en la expansión del café por el mundo, manteniendo durante unos 200 años la exclusividad en el cultivo y el comercio de esta preciada bebida.

Si estás disfrutando de una taza de café mientras lees esto, es gracias a los viajes de este grano a través de mares, desiertos y continentes, que continúa haciendo historia y deleitando a personas de todas las culturas y rincones del planeta. Acompáñanos a explorar más a fondo el fascinante mundo de la historia del café y cómo ha marcado nuestras vidas.

 

Origen del café en el siglo IX

 

El maravilloso y energizante café, una de las bebidas más populares y consumidas en la actualidad, tiene sus orígenes en el siglo IX en Etiopía. Aunque su historia exacta no está completamente esclarecida, existen algunas evidencias que nos permiten conocer un poco más sobre este apreciado elixir. Así, el origen del café como lo conocemos hoy en día se remonta a más de mil años en el pasado, cuando los ancestros etíopes de la actual tribu descubrieron el efecto energizante de los granos de café.

Existen algunas leyendas interesantes sobre los primeros consumidores de café y la forma en que se descubrió sus efectos:

– La historia de Kaldi, un criador de cabras etíope del siglo IX. Se dice que Kaldi observó cómo sus cabras se volvían más animadas después de mordisquear las hojas y frutos de un arbusto específico. Al probar él mismo las bayas de este arbusto, experimentó una energía similar y comenzó a consumirlo regularmente.
– El místico Ghothul Akbar Nooruddin descubrió las propiedades del café mientras viajaba por Etiopía. Se cuenta que encontró unos pájaros de vitalidad inusual y, al probar las bayas que estaban comiendo, sintió la misma vitalidad en sí mismo.

Es en el siglo XV en Yemen donde se tienen datos de las primeras plantaciones de café documentadas y de la producción y consumo de la bebida en la región, gracias al comercio entre Sudán y Arabia.

Algunos datos notables relacionados con el origen del café son:

– El término árabe «qahwah» probablemente es el antecesor de la palabra «café», que se habría derivado de la expresión «quwwa».
– Los granos de café eran tostados y molidos con sal en Yemen en una forma muy similar a como se prepara la bebida actualmente.

En resumen, aunque no se tienen todos los detalles sobre el origen del café y su historia completa, es indudable que esta bebida es un legado milenario, que ha sido parte importante de la cultura y el comercio en diversas regiones del mundo desde hace centenares de años. Hoy en día, el café es mucho más que una simple bebida estimulante, sino también ha dado origen a numerosas tradiciones, variedades y establecimientos que lo convierten en un elemento clave de la cultura y la historia mundial.

 

Los kaveh kanes, los primeros establecimientos de café

 

Los kaveh kanes fueron los primeros establecimientos de café en el mundo, que dieron inicio a la popularidad de esta bebida y su expansión por todo el globo. Estos locales tuvieron su origen en La Meca, ya que fue en esta ciudad donde el comercio del café comenzó a florecer a través del puerto yemení de Moca durante el siglo XV.

A continuación, se mencionan algunos aspectos clave sobre los kaveh kanes:

• Los kaveh kanes no solo se dedicaban a servir café, sino que también se convirtieron en centros sociales y de actividad política. En estos lugares, la gente solía reunirse para jugar al ajedrez, cantar, bailar, escuchar música o simplemente mantener charlas, fomentando así la interacción y el debate entre las personas.

• Debido a su creciente popularidad e influencia, los kaveh kanes fueron prohibidos en varias ocasiones a lo largo de la historia. Las autoridades de la época temían que estos establecimientos se convirtieran en focos de rebelión y descontento, lo que provocó la clausura de muchos de ellos.

• A pesar de las prohibiciones, los kaveh kanes continuaron expandiéndose por el mundo islámico, llegando a territorios como Arabia, Yemen, y el norte de África. De hecho, estos establecimientos fueron fundamentales para la propagación del café por todo el globo, ya que servían como punto de encuentro e intercambio entre diferentes culturas y comerciantes.

• El papel de los árabes en esta historia fue crucial, ya que durante unos 200 años tuvieron la exclusiva del cultivo y comercio de esta bebida. Fue gracias a su cuidado en no propagar granos fértiles de café que se mantuvo bajo su control hasta que los holandeses lograron introducir el cultivo en Asia y América.

El papel de los árabes en la historia del café

 

El papel de los árabes en la historia del café es de gran importancia, no solo por haber sido los primeros en cultivarlo y comercializarlo, sino también por haber desarrollado numerosas técnicas y bebidas a base de esta planta. De hecho, la palabra «café» proviene del árabe «qahwah», que significa «estimulante». Los árabes fueron quienes llevaron el café desde su origen en Etiopía hasta la península arábiga, donde comenzaron a consumirlo de manera habitual y extendieron su popularidad por todo el mundo islámico.

Algunos aspectos clave en la contribución árabe a la historia son:

– El descubrimiento y perfeccionamiento del proceso de tostado: los árabes experimentaron con distintos métodos de tostado de los granos de café. Gracias a esto, desarrollaron un complejo proceso de tostado que les permitió obtener distintos tipos de café según el sabor y las propiedades buscadas.

– La creación de bebidas a base de café: en la península arábiga, los granos de café se infusionaban con agua caliente, dando lugar a una bebida amarga y aromática. La actual versión del café árabe, que representa alrededor del 60-70% de la industria cafetera en el mundo, contiene en ocasiones cardamomo y otras especias, así como no llevar azúcar, lo que lo diferencia del café occidental.

– La popularización del consumo de café en todo Oriente Medio y el mundo islámico: a medida que el café llegaba a distintos rincones del mundo árabe, se iban desarrollando diversas formas de preparación y consumo, como el café turco y el café egipcio-levantino, que hoy en día siguen siendo populares.

– La difusión de la cultura del café: el café árabe se consume en reuniones familiares y de amigos, y es un momento de socialización importante en la vida diaria de los países árabes. Esta tradición se extendió junto con el consumo de café y sigue siendo una parte esencial de la cultura de muchos países.

– La influencia árabe en la expansión del café a Europa: los comerciantes y viajeros árabes llevaron el café a Europa, donde comenzó a cultivarse a gran escala, y posteriormente a América Latina, dando lugar a una vasta industria cafetera global.

Los holandeses y su influencia en el café

 

La influencia de los holandeses en el café es innegable, y su papel fue crucial para su expansión y popularización a nivel mundial. Desde el siglo XVII, los comerciantes holandeses tuvieron un papel protagónico en el comercio del café y su cultivo.

– En primer lugar, fueron los holandeses quienes, en 1658, llevaron las semillas del cafeto desde un lugar impreciso de Arabia hasta Ceilán (actual Sri Lanka), donde se reprodujo satisfactoriamente y comenzó a cultivarse de forma masiva.

– Además, a mediados del siglo XVII, el cultivo del café llegó a Europa gracias a Holanda. En 1706, los primeros esquejes del cafeto fueron aclimatados en el Jardín Botánico de Ámsterdam. Aunque hubo un intento previo en 1679 en Dijon (Francia), fracasó, siendo estas plantas holandesas las «madres» de todas las que luego se plantaron en América.

– Posteriormente, en 1714, el gobierno francés mantuvo negociaciones con el Ayuntamiento de Ámsterdam, y consiguieron que el burgomaestre de esta ciudad enviara a Luis XIV una planta joven de café. Esa planta fue llevada al Jardín de las Plantas en París, comenzando entonces una de las mayores «odiseas» del café en Europa y América.

El legado de los holandeses en la historia del café no solo se limita a su cultivo y expansión, sino también a su impacto en la cultura y sociedad. Los primeros cafés históricos en Europa, en particular en Francia y Austria, recibieron gran influencia de la cultura holandesa, dando lugar a nuevos estilos de establecimientos y formas de consumir esta deliciosa bebida.

El cultivo de café en Asia y América

 

El cultivo de café en Asia y América ha sido una actividad fundamental para el desarrollo económico y social de estos continentes. A lo largo de la historia, el café ha tenido un papel esencial en el comercio internacional, y su producción ha sido impulsada por diferentes países y culturas. Veamos cómo se expandió el café en estos territorios.

– Siglo XV: Las primeras plantaciones de café documentadas aparecen en Yemen, gracias al comercio entre Sudán y Arabia.
– Siglo XVII: El cultivo y consumo de café se extiende por Europa y Asia, gracias a los holandeses e italianos. Estos últimos introducen el café en Europa a través de comerciantes venecianos.
– Año 1668: Se documenta el consumo de café en Norteamérica, extendiéndose rápidamente en ciudades como Nueva York, Filadelfia y Boston, donde se abrieron cafeterías.
– Año 1723: Un oficial de la Marina francesa, Gabriel Mathieu de Clieu, introduce el cafeto en América, específicamente en Martinica. Su éxito en la propagación del cultivo es tal que en 1777 había 19 millones de cafetos en la isla.
– Años 1730: Los holandeses difunden la planta en América Central y del Sur, llegando a países como Brasil, Venezuela y Colombia.
– Actualmente: Brasil es el mayor productor mundial de café, seguido de otros países americanos como Colombia, México y Perú.

El cultivo de café en Asia y América refleja la diversidad cultural y la riqueza de estos territorios. Cada país ha desarrollado distintas variedades y técnicas de producción, contribuyendo a la gran variedad de sabores y aromas que podemos disfrutar hoy en día en nuestra taza de café.

«La llegada del cafeto al Nuevo Mundo está llena de leyendas. La más extendida cuenta que Gabriel Mathieu de Clieu oficial de la Marina francesa destinado a Martinica viajó en 1723 desde París con un cafeto para plantar en las tierras de ultramar.»

¿Cómo tomamos el café hoy en día?

 

En la actualidad, el café es una de las bebidas más populares y consumidas en todo el mundo, y su forma de consumo ha evolucionado a lo largo de los años. Hoy en día, existen diversas formas de disfrutar un buen café, adaptándose a diferentes gustos y necesidades. A continuación, se detallan algunos de los métodos más comunes:

– Espresso: Es el café preparado bajo presión en una máquina especial, que fuerza a pasar agua caliente a través de los granos molidos finamente, obteniendo así una bebida concentrada y aromática.
– Café filtrado o de goteo: Preparado mediante el paso de agua caliente a través de un filtro de papel o de tela que contiene el café molido, dando como resultado una bebida suave y equilibrada.
– Prensa francesa: Consta de una jarra de vidrio o acero y un émbolo con un filtro de malla metálica, en el que se mezcla el café molido con agua caliente y luego se presiona para separar los sólidos. Este método proporciona un café con cuerpo y sabor intenso.
– Café turco: Se hierve el café molido muy fino con azúcar (opcional) y agua en un recipiente llamado «cezve» o «ibrik», logrando una bebida espesa y de sabor intenso.
– Cold brew o café en frío: Consiste en la extracción del café en agua fría durante un periodo prolongado (12 a 24 horas) para lograr una bebida suave, menos amarga y con menos acidez.
– Café molido con especias y sabores: Muchas culturas incorporan especias como la canela, cardamomo, vainilla o clavo de olor en la preparación del café, enriqueciendo así su sabor.

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